Categorias: MYLF
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Nada más levantarme, encontré una nota en la cocina de mi marido, la cual ponía que se había ido a desayunar con sus amigos del trabajo. Empecé a sospechar que me estaba siendo infiel, así que ni corta ni perezosa, decidí vengarme. Llamé a mi joven vecino y le pedí que me ayudase con unas pequeñas chapuzas, una excusa que me invité para quedarnos a solas. Nada más tenerlo delante de mi, me quité la bata y le enseñé mis curvas, hasta ponerle cachondo e irnos al sofá para follar duro y sofocar así todas mis necesidades.