Si hay algo que tengo claro, es que me gusta satisfacer las necesidades de mi novio… y las mías propias. Estaba pensando en hacer de sumisa para él y cuando llegó del trabajo, le pedí que me atase las manos con una cuerda, para convertirme en su esclava sexual. Me quedé a su merced y obedecí a todo lo que me pidió, empezando por chupársela hasta experimentar arcadas y terminando por disfrutar mientras me follaba el coño a fondo.