Categorias: Asiáticas
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Escuché a un amigo hablarme maravillas de una masajista japonesa, la cual le dejó como nuevo y decidí pedir una cita. Además de ser una preciosidad, sus métodos de relajación eran poco convencionales. De hecho básicamente lo que hizo fue cubrirse de aceite y usar su cuerpo desnudo para masajearme. Lo que consiguió fue ponerme tan cachondo que al final, ella misma no se pudo resistir y me pidió que le metiese la polla, hasta acabar follándome su coño peludo.