Siempre había oído decir que las chicas asiáticas eran muy sosas y tradicionales… vamos, que no ibas a encontrarte a una golfa japonesa así como así. Pero para mi sorpresa, encontré a una entre un millón, ya que esta joven estudiante oriental resultó ser una mujer muy fogosa. Quedamos para estudiar en casa pero al final, acabó chupándome la polla y pidiéndome que me la follase, no pudiendo evitar eyacular dentro de su coño peludo.