Tras quedarse en casa de su amiga, las dos parecían no tener mucho sueño y terminaron protagonizando una pelea de almohadas como las que tenían cuando eran pequeñas. La diferencia vino después, cuando sudadas y muy cachondas decidieron quitarse la ropa y enrollarse entre las sábanas. Nunca antes habían tenido sexo lésbico entre ellas, pero como vemos se lo pasaron en grande y lograron llevarse al orgasmo tras comerse sus chochitos en la cama.