Recibió una llamada de su vecina madura, pidiéndole que la recogiese en el aeropuerto y la ayudase con sus maletas. Fue muy educado y la recogió hasta llevarla a su casa, donde la señora quiso darle las gracias por tanta atención. Lo que pasa es que en lugar de darle dinero o simplemente ofrecerle un café, lo que hizo fue empezar a besarle de un modo muy apasionado. El jovencito se dejó llevar y antes de darse cuenta, estaba follándosela en el sofá y disfrutando de un polvazo con una mujer de lo más experimentada.