A veces siento que mi marido le da más prioridad a su trabajo que a darme placer. Cada vez tenemos menos sexo y aunque ya soy una mujer madura, aun necesito mi dosis de folleteo. Por eso un día mientras estaba en el curro, decidí serle infiel e invité a casa a un chico más joven y fogoso. No perdimos el tiempo y nos fuimos directos al sofá, donde me empleé a fondo para chuparle la polla y follármelo toda la tarde.