No se como acabé en la cárcel, pero ya llevaba demasiadas horas y estaba harta. Cuando al fin llegó el carcelero, intenté convencerle de que me soltase, pero no había manera. Acabé usando mis tetas perfectas y dejé que las probase detrás de los barrotes, para luego masturbarme en la cama. Al acercarme me puso su polla a tiro y se la chupé, hasta tenerlo dentro haciéndome compañía y echándome un polvazo, con el cual tuve al fin la oportunidad de lograr escapar de allí.