Categorias: Gordas
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Sabía que mi marido estaba al caer y quise darle una pequeña sorpresa. Me metí en la cama y abrí mis piernas, dejando mi coño al aire y listo para ser penetrado. Tenía hambre de polla y se lo hice saber, hasta motivarle lo suficiente como para que me follase con todas sus fuerzas. Había llegado cansado del trabajo, pero recuperó energías y me dio un buen meneo, hasta rellenarme por dentro con un creampie.