Categorias: Asiáticas
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Tras ser la japonesa la que le quiso sorprender escondiéndose en una bolsa de deporte, fue este chico el que al final logró dejarla con los ojos como platos. Y es que pronto acabaron muy calientes y se notó en el empalme que se generó bajo sus pantalones, que dejó su rabo listo para la asiática. Y como ella no está acostumbrada a ver pollas como esa, se quedó de piedra mientras gozaba de ella abierta de piernas y se corría en medio del salón.