Tras recibir la visita de su jefe a su despacho, Sarah Vandella se mostró muy simpática y quiso sacar a relucir todos sus encantos. De hecho la cosa subió tanto de tono que al final, el tipo no pudo negarse a pasar un buen rato en su despacho. La rubia sacó todo su arsenal y tras sacarle brillo a su rabo, se abrió de piernas sobre la mesa y le dejó metérsela durante un buen rato, para luego recibir en su boca toda su lefa y acabar por dejarle con una sonrisa en la cara.