Categorias: Mamadas
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Después de un rato en la ducha, la rubia no se enteró de que su pareja había estado espiándola y al verla desnuda, acabó con un empalme considerable. Al salir del bañó, se lo encontró con la polla más dura que una piedra y no pudo resistirse a chupársela en el dormitorio. Empezó lentamente y poco a poco le puso ganas, experimentando arcadas bestiales y dejando claro que es toda una fiera dando mamadas, hasta acaba tragándose toda su lefa en la cama.