Siempre que tengo un encuentro sexual con un chico, le pido que suelte toda su lefa en mi cara para terminar. Es algo que me encanta y por eso, quise experimentarlo por todo lo alto, reuniendo en un cobertizo a decenas de chicos. Me desnudé delante de todos ellos y empecé a masturbarme, mientras ellos iban pajeándose al verme. Cuando estuvieron listos, me preparé y tras ponerme de rodillas, recibí una a una sus corridas y acabé bañada en su semen.