Menuda sorpresa me trajo la jornada en taxi, ya que mi primera clienta fue una pija muy jovencita, que iba con su falda y unas medias negras a una pequeña fiesta. Empezamos a charlar y de repente se sintió acalorada, por lo que se quitó su abrigo y empezó a sacudir su falda. Parecía bastante golfa y no pudo evitar enseñarme sus braguitas, obligándome a parar el coche para no darme un golpe. Y es que tras un rato de parloteo, quiso que me la follase y no dudé en hacerlo, rellenando su coño y cobrándome la carrera con un buen polvo.