A través de una página de citas, conocí a una profesora de yoga muy atractiva, con la que hice buenas migas. Empezamos a mensajearnos hasta que finalmente, quedamos en un hotel para hacer locuras. Ella no quería una relación seria y yo tampoco, por lo que nos citamos para simplemente follar toda la noche. Yo cogí una cámara y lo grabé todo en primera persona, algo que a ella le dio mucho morbo y que hizo que rindiese en la cama como una fiera.