Hay días en los que no tengo ganas de sexo, pero para mi eso no es excusa a la hora de darle placer a mi novio si éste me lo pide. Soy muy complaciente en ese aspecto y para prueba, las mamadas que le ofrecí mientras estaba tumbado en la cama. Primero usé mis tetitas para pajear su polla dura y luego lo hice con mis propias manos, aunque lo mejor fueron las ganas que le puse a la hora de chupársela, acabando por atragantarme en más de una ocasión.