Casi todo lo que compra esta chica es a través de internet y al fin, le llegó a casa un paquete con la lencería que acababa de adquirir. El repartidor se quedó esperando su propina, mientras ella miraba ese nuevo sujetador. Parece que entre los dos había surgido un momento caliente y de hecho, en el momento de pagarle, decidió hacerlo con unas mamadas y sacó brillo a su polla tragándosela hasta el fondo.