Categorias: Mamadas
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Hay veces en las que una no tiene más remedio que complacer a su hombre, aunque no tenga demasiadas ganas de hacerlo. Por eso cuando me pidió sexo, tuve que darle algo para que al menos se quedase satisfecho. Me arrodillé ante él y cogí su polla, chupándola como una profesional hasta llegar incluso a experimentar arcadas. No paré de tragarme su verga y no dejé de hacerlo hasta lograr que soltase toda su lefa sobre mi cara y mi boca… menuda ducha me dio!!