No me va nada mal con las chicas, pero necesitaba un reto y probar algo nuevo en lo que al sexo se refiere. Por mi cabeza pasó la idea de follar con una mujer madura, una fantasía que pronto pude hacer realidad. Y es que conocí a una muy cachonda y tras acabar en su casa, me preparé para ponerme las botas. Desde el primer momento quiso que le hiciese de todo y no me dio libertad para darle caña, así que me empleé a fondo y conseguí que rememorase sus orgasmos más intensos con una follada que fue todo un placer para los dos.