La primera vez que mi hijastra me tiro los tejos, no quise darle demasiada importancia. Pero una tarde mientras estaba trabajando desde casa, la muy golfa me puso su coño en bandeja y no pude evitar metérsela. Desde entonces, de vez en cuando terminamos practicando sexo y una de las últimas veces mi mujer estuvo a punto de pillarnos. La muy zorra me la chupó debajo de una mesa mientras mi esposa me hablaba, hasta volver a quedarnos solos y darle duro a cuatro patas.