Trabajo como entrenador personal y tengo muchas clientas, como esta hermosa colombiana. La chica está casada y aunque no está nada mal, quiso contratarme para mantener su figura. Fui a su casa y empecé a ayudarla con sus estiramientos, hasta ver como me daba pie a sobar sus pechos latinos. No me pude resistir y antes de darme cuenta, los dos estábamos en el sofá follando y gozando, mientras su esposo estaba en el trabajo sin enterarse de su infidelidad.