Tocaba darse una buena ducha pero sabía que mi novio andaba cerca. Quise ser juguetona y dejé la puerta abierta para que me viese desnuda, convirtiéndome en un reclamo para él. Cuando me vio se puso muy cachondo y yo le hice señas para que me hiciese compañía. La verdad es que se le veía con muchas ganas y al final, acabamos dándole al sexo de todas las formas posibles y disfruté mientras empotraba mi coño contra los azulejos del baño.