Fui a ver a una amiga, para luego salir juntas de compras, pero la que me recibió en casa fue su madre. Hacía tiempo que no me veía y empezó a decirme lo guapa que estaba y que me había convertido en toda una mujer. Pasamos de los saludos a las caricias enseguida y pude notar como el ambiente se iba calentando cada vez más. Hasta que de repente, la madurita empezó a besarme y a meter sus deditos en mi coño, poniéndome muy cachonda y haciendo que acabase la tarde follando con ella en la cama.