Mientras volvía a su piso del trabajo, esta joven rusa vio como un desconocido se le acercaba. Tenía una propuesta para ella, la cual consistía en grabar porno a cambio de unos cuantos billetes. Ella tuvo sus dudas, pero como este mes andaba algo justa para pagar el alquiler, decidió aceptar y tras acabar ambos en el salón, se pusieron manos a la obra. La chica estaba tremenda y como no, el chaval lo dio todo con ella y consiguieron disfrutar del polvazo mientras se grababan.