Estaba aburrida en casa, fumando y tomándome una copa mientras charlaba con uno de mis follamigos. Tenía ganas de pasarlo bien y le pedí que viniese, a ser posible con un amigo. Antes de que llegasen, me fui a mi armario y me puse un traje de conejita sexy que pronto surtió efecto. Y es que al verme con esas orejitas y con un vestido tan ceñido, se pusieron a cien y terminaron dándome caña en un trío salvaje.