Para mejorar mis notas en física, mis padres me pusieron una profesora particular, pero sus clases me aburrían. Estaba más pendiente el móvil, hasta que una tarde me enseñó una máquina y tuvimos una clase práctica. La verdad es que me interesó mucho pero de repente, tuve un pequeño accidente y me electrocuté. Acabé en el suelo y con la polla durísima, hasta ver como mi profesora se fijaba en ella y no podía resistirse a probarla, pidiéndome sexo sobre la mesa.