Las chicas latinas siempre habían despertado un morbo especial en mi, ya que siempre suelen ser mujeres muy fogosas y tienen unos culos impresionantes. En una mañana donde fui a darme un baño, conocí a dos chavalas muy guapas y conseguí hacer buenas migas con ellas. Las invité a mi piso y aceptaron sin dudarlo, cogiéndome de la mano y dejándome entrever lo que iba a pasar. Fueron directas a la cama y se quitaron la ropa, esperando a que me sacase la polla para follar juntos en un trío que para mi fue como tocar el cielo.