Categorias: Cerdas
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Tengo la suerte de tener como pareja a un chico muy fogoso y que cada vez que nos metemos en la cama, me da caña con todas sus fuerzas. Una tarde tras volver de comer, empezamos a besarnos en el sofá siendo el preámbulo de lo que acabó siendo una sesión de sexo duro. Me comí su polla y luego aguanté sus pollazos mientras gemía como una perra en celo, hasta acabar a cuatro patas y con toda su lefa sobre mis nalgas.