Hay días en los que las ganas de sexo son nulas y no me apetece meterme en la cama a cabalgar la polla de mi novio. Pero tampoco me gusta dejarle con las ganas y hacer que se plantee ir a por otra, así que de vez en cuando hago el esfuerzo para darle placer de aquella manera. Por eso antes de salir por ahí con mis amigas, le regalé unas buenas mamadas y saboreé su verga de arriba a abajo, hasta hacer que se corra como nunca y mirando su cara de gusto con mis ojazos azules.