Categorias: Masturbaciones
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Hace poco instalé un jacuzzi en casa y desde entonces no puedo estar más contenta. Y es que un día descubrí lo mucho que se puede disfrutar dándome un baño gracias a uno de los chorros. Me acerqué y abrí mis piernas para dejar que esas burbujas me diesen placer, gozando como una golfa con la fuerza del agua. Fue una gozada y la mejor sensación de mi vida, acabando por gemir sin parar y terminando más que satisfecha con el baño.